Con este mensaje me ha enviado mi amigo Jose Luis Diego el presente documento. A ambos agradezco su dedicación y amor a Ferreras.
"Querido amigo: Te remito adjunto documento de mi hermano Toñin ,para que a tu buen entender le des uso a gloria de nuestro querido pueblo."
ANALISIS Y COMENTARIOS AL CATASTRO DEL MARQUES
DE LA ENSENADA (ZENÓN DE SOMODEVILLA Y BENGOECHEA) AÑO 1752, DE FERRERAS DE
ABAJO Y OTRAS EXISTENCIAS.
Con los datos que figuran en este catastro,
voy a intentar en primer lugar acotar el
territorio, que podría comprender.
De levante a poniente nos dan una longitud de tres cuartos de legua, o sea 4.179m., vendría a ser desde el Vallello
a la Mouta. De sur a norte nos
dicen que hay media legua, los
equivalentes 2.786m, que sería desde la cuesta
de los castaños al Cimayo. Para los que no estén muy puestos, el Cimayo
es un montículo que se encuentra al pasar la rampla de las Ponzas a la izquierda, dirección Otero.
Manifiestan que el término tiene
1.376 fanegas, o lo equivalente a las
medidas actuales de 489 hectáreas, tomando el valor de la fanega a 3.554m². Con las medidas que dan de S. a N. y de E. a O, se aprecia que
el término no comprendía un espacio
regular, porque si lo fuera, la superficie sería bastante mayor de la que dan, aproximadamente serían unas
1.164Ha. Por tanto me voy a atrever a
señalar, dónde se encontrarían estas 1.376 fanegas. Las cuales también
nos detallan a qué tipo de cultivo estaban
dedicadas.
Vamos a ello. Partamos por ejemplo del
río en el límite con Litos, incluimos el Vallello, el Yombo, Tropillal, Cimayo, Buyín, Peñidico, Aguilón, Tras
la viña, La Mouta, Pontón del Real y
desde aquí se sigue la cuesta del río hasta Boca de la Ribera. Una vez en el molino,
se sale a la carretera por la parte de arriba de las escuelas, y desde ahí, tomamos rumbo a las ventas.
Llegados a este lugar continuamos por la carretera nacional, que nos lleva al río nuevamente y siguiendo
el curso del mismo cerramos el circuito. Como se ve lo acotado es poco pero viene
siendo las 489 Ha, que nos dicen disponer.
Este espacio descrito, lo
clasifican en: Regadío, Pradera, Secano y Monte. Intentaré localizar dentro del perímetro anterior, las distintas clases de terreno y donde cultivaban los diversos
productos.
REGADIO.- Este terreno se
sembraba todos los años .Disponían de 13
fanegas, 4,6 ha. De éstas, 2,8 Ha se dedican a cultivar lino. O sea bastante más de la mitad ¿Dónde, en aquel
entonces se podrían encontrar los linares? Uno que no admite dudas son los Linaricos y aledaños a la Fuente
Honda. Pero tendría
que haber algo más, porque lo
dicho no llega a la superficie de 2,8 ha. Posiblemente se completase esta superficie con algunos otros puntos,
que aunque no gozaran tanto del agua como los anteriores, sí de la humedad y
frescura necesarios. El terreno que mejor
cumplía estas condiciones debía de ser
el comprendido desde la farmacia hasta pasada la Ermita del Cristo; todo
lo que se extiende a la izquierda, teniendo como límite la calle Príncipe de Asturias. Alguna que otra
tierra sembrada de lino, también pudiera encontrarse en la zona de la calle del
Tesico. En los años cincuenta pude ver
alguna sembrada y las pequeñas chozas
que formaban una vez que lo segaban o más bien arrancaban. El colocarlo así,
sería motivado para facilitar un más
rápido secado.
En esta misma clase de regadío, reservaban 2 fanegas a hortalizas, unos 7.000 m². Con esta cantidad, los 78 vecinos a
duras penas disponían de 90m².Me parece muy poco terreno para este cultivo. Bien es cierto que
en aquel tiempo el tomate y la patata no contaban. Esta última cuando llegó a estos parajes desde América,
al principio se daba al ganado. No siendo alimento cotidiano y muy socorrido
para las personas hasta finales del
siglo XIX. Fue una gran hambruna general
la que les obligó a su consumo. ¡Hay que ver, con lo ricas que están!
Las 3
fanegas que restan, más o menos una Ha, dicen
que son para sembrar de centeno.
Demasiado buen terreno para tal cereal.
Esto debe de tener su explicación y creo que es: Segarla de verde
principalmente para las vacas. Lo
que llamamos “harraña”. Luego a
continuación lo debían de preparar para ponerlo por ejemplo de berzas, nabos,
etc. Sacándole así el mayor rendimiento, o sea, lo que se dice dos cosechas.
Rodrige
debería ser uno de los lugares idóneos para hacer estas dos cosechas.
Se
aprecia que nuestros antepasados, al lino le daban una gran importancia. Todavía no ha
mucho tiempo, el tener linares, aunque no estuvieran sembrados de tal, era sinónimo de muy buenas tierras.
Me llama la atención que no se mencione
ningún tipo de legumbre, como los garbanzos, las alubias. Las lentejas, no se
sabe por qué, pero no eran santo de nuestra devoción. Las pobrecitas eran
despreciables, creo que a nivel general. Al trigo y las viñas tampoco los citan. Pudiera
ser que con el trueque
compensaran las carencias o la no conveniencia de sembrar ciertos productos. Más adelante me extenderé
en este tema del trueque.
Realmente dejan bastante claro con la contestación que dan a la pregunta 11ª, cuáles
eran los frutos recogidos anualmente en
este lugar. Siendo lino, linaza, centeno y yerba. También omiten la miel. Aunque después hablen de colmenas. Las legumbres pienso que aunque cosecharan algo,
creyeron no tratar.
PRADERA.- Disponen de 19 fanegas de prado, 6,75 hectáreas, esto es, dos Ha más que de regadío.
Podían
localizarse en las inmediaciones de los molinos de los Diegos y de los Taboadas,
entre la puente Grande y la Chiquita;
todo a este lado del río. La calle llamada de los prados nos indica otra zona,
que se puede prolongar hasta las eras de abajo. Añadamos, el Espinacal,
Fontaninas, Prao Redondo, Valdecabras, Tras la viña (¿Hubo una
viña delante?) y Tesico, acaso algo
también en Vallello.
Su producción era de 29 carros de hierba,
carro y medio por fanega. Tampoco parece
que fuera mucho para los 78 vecinos, aunque a esos se sumen los 6 procedentes de pradera comunal, los cuales no se sabe
como repartían.
SECANO.-
Esta es la superficie más extensa, con 880 fnga, 295Ha, a la que clasificaban de esta manera: Buena, mediana e
inferior; malo no había nada. En toda la clase de secano sólo se sembraba centeno. Al trigo ni se menciona, cuando en
parte de este terreno lo hemos visto cosechar. Claro que abonando con guano o “amonitro.”
Comentemos cada una de estas clases.
La Buena.
Sus 130 fanegas o 46 hectáreas, estarían
en Rodrige, Llama el Forno, Tesico
y el Terronal. Además todo el espacio
que hay desde estos dos últimos
lugares hasta el pueblo, digamos desde las cuatro calles hasta la calle el Espinacal. Téngase en cuenta que en el año 1752 en esa zona apenas habría alguna
edificación.
L a Mediana.
Contaba 250 fanegas, 89 hectáreas, se hallarían en casi el total del Carballo,
Eras de Abajo, Carrizo, Vallello, el
Fundadal, el Yombo y la Turana, bonitos nombres estos dos últimos.
La Inferior.
La fijaban en una extensión de 500
fanegas, 178 hectáreas. Un dato curioso es, que una categoría va doblando a la
precedente. Esta clase que comprendía el resto del secano, se encontraría
diseminada; no obstante se puede citar algún lugar como el Tropillal, La Brea, Buyín, Aguilón, las
Encruciadas, el Cuevo, Urrietica mata la vieja
etc.
La superficie
de secano se sembraba cada año la mitad.
Los propietarios respetaban la hoja. Hoja se llama a cada una
de las mitades. La que descansa se la denomina
barbecho. Ésta al estar aislada de la otra mitad y concentrada, permite
que los pastos que produzca, sean aprovechados mejor por los ganados de los
vecinos, sin perjudicar los sembrados. Los padres a la hora del reparto, tenían
que tener en cuenta además de otros
asuntos, que los herederos recibieran
mitad de tierras en un lado y mitad de tierras en el otro. Porque todos
los años se sembraba. Los que las
trabajaban no descansaban; eran las tierras.
A
continuación voy a dar unos datos para intentar
meternos en el ambiente de
nuestros parroquianos: Las medidas que tenían
con relación a las que ahora se usan, así como precios,
rendimiento, producción e impuestos.
Equivalencias.
1 Hemina= 4 Celemines= 15,6 Kg.
3 Heminas=1 Fanega=3554m²
6 Heminas colmadas=0.5 Cargas=(1 Fardela) =100Kg aproximadamente.
12 Heminas colmadas= 1 Carga (2 Fardelas) =200Kg “
1 Arroba = 25 Libras= 11.5 Kg.
Precios.
1 carro de hierba ………………………….12 reales de
vellón
1 fanega de centeno……………………….9 reales de vellón
1 fanega de linaza………………………….21
reales de vellón
1 maña de lino………………………………..2
reales de vellón
1 arroba de lana……………………………25 reales de vellón
1 cordero ……………………………………….4
reales de vellón
1 chivo……………………………………………5 reales
de vellón
Resulta interesante comparar
entre sí estos precios. Por ejemplo un carro de hierba por poco más de un par
de chivos o por tres corderos
Rendimiento.
Centeno 1 Fanega de tierra (3.554m²) produce 4 Fanegas (de regadío 5)
Lino 1
Fanega “ “
“
produce 1,5 de linaza.
1 Fanega “
“ “ produce 18 mañas.
Hierba 1 Fanega
“ “ “ produce 1,5 carros.
Producción
anual.
Centeno 448 Fanegas tierra x 4 de producción 1792 fnga ó 448 cargas, reales vellón 16.128.-Lino 8
Fanegas “ por 18 mañas hacen 144 mañas “ “ 288-.
8
Fanegas “ por 1.5 fanegas de linaza hacen 12 fanegas (1) “ “ 252.- Hierba 25 Fanegas “ por
1.5 carros hacen 38 carros. “ “
456.-Chivos
190 a cinco reales de vellón “ “ 950.- Corderos 390 a cuatro reales de vellón
“ “ 1.560.- Colmenas
1.067 a dos reales de vellón “ “ 2.i34.-
Total reales de vellón 21.768.-
(1) Dicen
que una fanega de tierra lleva 18 celemines de sembradura, que es lo mismo que
decir 1.5 fanegas, comprobando equivalencias; se observa, de no
haber error, que era igual la cantidad
de linaza que se recolectaba como la que se sembraba, mal asunto, cuando encima
de ahí hay que pagar diezmos.
El posible error puede tener su aclaración en
la explicación que nos da del lino el diccionario, que viene a ser la siguiente:
El lino, tiene un tallo que del mismo salen un número indeterminado de ramas,
en cuyos extremos sale la flor. De ella se forma una cápsula, que es el fruto.
Interiormente ésta tiene diez cavidades,
alojando en cada una de ellas un grano de linaza.
Su rendimiento tendría que ser mínimamente
similar al centeno, sembrado en esta clase de terreno, o sea el cinco por uno. Teniendo
en cuenta que no de todos los
tallos fuera a salir
más de una rama y que todo lo que se sembrara fuera a nacer. Así, sí tendríamos para hacer frente a los impuestos y disponer
para la siembra de años sucesivos y poco más.
Este error se ve más claro al comprobar el Diezmo que al Curato se le tributa, según
la pregunta 16ª es tres partes de cinco, o sea las 68 mañas que dan. Las otras
dos partes de cinco para D. Luis de Losada, que son 44 mañas; arrojando este impuesto las 112 mañas. Teniendo
que ser entonces la producción de 1.120
mañas. En cuanto a la linaza haciendo el
mismo razonamiento, tenemos pues que siendo 5 fanegas tres partes de cinco, el
total harán 8,3, que es el Diezmo, de lo que 83 serían las fanegas que recogían. Este análisis puede
llevarnos a creer que el rendimiento no
podía ser tanto y que por eso las
fanegas dedicadas a dicho cultivo tuvieran que ser algunas más de ocho, tanto más si la tierra donde se siembra esta planta
requiere descanso mucho mayor que el cereal, porque la deja esquilmada. Viendo que de 13 fanegas de tierra de regadío, 8 son para sembrar de lino,
parte de este terreno lo tenían que
volver a sembrar al año siguiente de
lino precisamente, empeorando por consiguiente el resultado. No es de extrañar pues el
rendimiento tan bajo que dan.
En
consecuencia, tomando el dato de los impuestos como el más certero y dado el espacio bastante limitado para la siembra
de esta planta, el rendimiento para
acercarnos un poco a las cuentas, sería unas 140 mañas y 10 fanegas de linaza
por fanega de tierra sembrada.
Lo más ajustado que aprecio en estos datos sobre el lino, es
lo que se refiere a la superficie dedicada a su cultivo, ya que entonces al otro lado del río no parece que hubiera
propietarios, más bien aquello era del Estado o sea que de la Carviza, nada;
porque si fuera así, entonces sí que nos pasábamos de las 13 fanegas de regadío.
Si se dejan los datos tal cual, tenemos: Producción
144 mañas, de ellas 112 para diezmos. Linaza producción 12 fanegas, 8,3 para
diezmos. Esto no puede ser porque va contra la misma matemática.
Impuestos.
Centeno
mañas linaza corderos
chivos arrobas
importe en
Lino
lana reales vellón Al curato del lugar 107 fnga 68
5,0 fnga 26 13 4 1.375.-
“ “
“ “ 20 “
por primicias
180.-
A
D. Luis de Losada 72 “
44 3,3 fnga 13 6 2 867.- (2)
A
D. Luís de Losada, por el Común de este lugar 27.-
A
Arcas Reales, por el Común de este lugar 166.-
Al conde de Benavente, por
derecho de alcabalas 876.-
Suma 199 “ 112
8,3 fnga 39 19 6 3.491.-
(2)Este impuesto lo pagaba Domingo Romero, el alcalde, por ser
él quién traía arrendados los terrenos.
Además por el Común cada año se tiene que
satisfacer, por novenas, bulas,
procesiones, salario de Fiel de Fechos, limosna a la Casa Santa ect, 308 reales de vellón. Al Canto de Astorga
otros 308, ni la sociedad de autores. Estos gastos, dicen que los pagaban entre
todos los vecinos .No especifican si el reparto era para todos la misma
cantidad o en función de la propiedad,
posiblemente esto último fuera el criterio, por ser más equitativo. Lo
mencionado sumado a los 3.491, hacen un total de 4.107
reales de vellón a pagar anualmente.
Para hacer una comparativa lo más verosímil
entre producción anual e impuestos, se
debería coger como producción, lo que
pagan aumentado en diez veces, sobre todo lo referente al lino. Tendríamos
entonces 1120 mañas y 83 fanegas de linaza. Se suma a los 21.768 ya contabilizados, las 976 mañas que restan y tenemos 3.443 reales de vellón, asimismo los
1.491 que es el valor de las 71 fanegas
de linaza y aparece una nueva cantidad total de producción de 26.702 reales, que es la que yo creo podría acercarse más a
la realidad. Comparada con los 4.107 de
impuestos y otros gastos ya nos da una
carga fiscal rondando el 15%, siendo de esto
un 5% lo referente a otros gastos y lo que paga Domingo Romero. En la producción están incluidos los 2.134 reales de las
colmenas que no tributan, es como si
dijéramos en la actualidad: Economía sumergida. El ti
Manuel Pérez, el tabernero le dispensan
de pagar impuesto alguno, dicen
que por bajo consumo. No debía sacar ni para el candil. O lo que tuviera que pagar, lo viniera
haciendo en invitaciones. Hoy acaso estaría subvencionado, por la labor social
que sin duda ejerció. Me imagino a aquellos hombres acudiendo a la cantina,
cuando los quehaceres se lo permitían; vestidos a la época, con sus bragas,
jubones, faja, sus medias, quizá unos chanclos, los menos unas madreñas y
debajo del chambergo asomando la garnacha. Las mujeres no iban ni los domingos
al vermut.
EL
COMÚN.-Dicen que el Común tiene 474 fanegas, que son monte y otras 12 más de
prado. Todo da una superficie de unas 160 hectáreas. Este monte estaría situado en el Cimayo, Buyín, Peñidico, Tras la viña y hacia
la Crucica, incluyendo al Retorno y Chaguazal. Este último nos indica que debía
de abundar en él esta planta, por lo que debieron de darle este nombre. Los dos citados al final, fueron comunales
hasta hace no muchos años .El Retorno pasaría a propiedad privada por los años
de 1930 y el Chaguazal años antes. Tanto
el Retorno como el Chaguazal, siendo como hemos dicho terreno comunal, dado la cercanía al pueblo y
que no había peligro de prear fruto, parece ser que se acostumbraba a
“empuntiar” a los animales para estos
lugares donde estaban a su
albedrío. Esto también contribuía a que existiera una porcada hasta los primeros años del 1900, debiendo recibir los cerdos en casa solamente una ligera cena y algunos
acaso nada, vaya vd a saber. Porque con noventa m² de media cada
vecino que destinaban a hortalizas, poco se
podía dar en el año y medio que se tenían desde “llareros,” que eran en
abril, hasta la matanza hacia diciembre del año siguiente.
Además de este monte comunal, es de
suponer que tenía que haber masas de matorrales esparcidos por las tierras de cultivo; manchas de robles
y encinas principalmente. Como
no se mencionan las viñas, ni los caldos que de ellas pudieran salir, pues es
fácil imaginar el Cumbrico de las viñas,
cubierto de robles y de ahí siguiendo toda la carretera hasta el
terraplén de las Ponzas a un lado y a otro, como me contaba mi bisabuelo
Domingo Diego. El fue mi fuente principal de información. Decía que cuando era un chaval e iba con las
ovejas, los robles empezaban en la zona de la casilla, seguían por donde he
dicho antes, continuando a La Brea,Valdecabras,
Cuevo, Las Matas, Peñas de Domingo Pascual, bajando a la Mouta y luego continuar por la pequeña ladera de la
derecha de la carretera, dirección a la otra Ferreras, hasta la boca de
Masueiras. Siendo en las escorias donde
según él se encontraban los mayores ejemplares, teniendo varios el tronco hueco, que les valía de cobijo cuando llovía principalmente. Ya desde la
Mouta para arriba, no entraba en el
espacio que se trata. Tenemos además el Carballo mocho y el que no es mocho. Este
último carvallo es el más grande y hoy en día no hace gala a su nombre, porque
no hay ni un sólo roble y mucho tiempo habrá ya de ello. Todo lo que era monte
según nos muestran, lo explotaban para consumo de las casas, hacer cisco y
carbón, este último para llevar a la fragua también.
Queda por
comentar en este apartado las 12 fanegas,
o las algo más de 4 hectáreas de pradera común, en las que recogían unos 6
carros de hierba, dejando lo demás para pasto.
Esta pradera estaría situada en
la Veiga, Aracán, Llama y seguramente,
como su nombre indica, Prao Concejo. Me
atrevo a incluir en esta clasificación a la pradera que, según testimonios de primera mano, existió en la mayor parte de la manzana,
que conforma la calle las Eras, Príncipe de Asturias y la calle del Cristo; lugar éste que contaba con una buena
fuente, hacia el noroeste y alguna
laguna pequeña, donde se hacían adobes. También en este sitio se celebraba en ocasiones el
baile, siendo la Plaza del cura el lugar habitual, hasta el inicio del segundo tercio del siglo XX. Este terreno fue adquirido rondando el año de
1850, por un tal Manuel Carro, natural de Otero de Bodas, que es tatarabuelo
mío, de Herminio Carro, Luis Carro,
Elisena Carro y algunos más que no
conservan este apellido. Prao Concejo
pudo ser
adquirido por los bisabuelos de los González, los Canas, los Santamaría ,
Manuel Diego y alguno más, esta operación
se cerraría alrededor de los años
de 1880. La Llama, es la otra
zona, que la inmensa mayoría conocimos
como pradera comunal hasta la
concentración parcelaria, en que desapareció como tal.
Haciendo un
somero análisis de la pradera comunal, vemos que las cuatro hectáreas que nos dicen tener es muy poco,
pues si pensamos en la Veiga ,
ella solamente supera esta extensión. Creo que tal pradera va a ser el Prao Concejo y poco más. A no ser que las 12 fanegas, las aproximadamente
4 hectáreas, sea un error de
transcripción y fuera una mayor cantidad. Si no es así
la Llama, junto con el Aracán y la Veiga
podían pertenecer al mismo dueño de Barmalo, a quién se lo traía
arrendado el Sr Domingo Romero, el alcalde. Porque si se incluye todo lo dicho,
supera con mucho la extensión indicada.
Aclararé lo que podría comprender el
Prao Concejo, según fuentes orales. Son las fincas desde la carretera que tienen salida a la
calle la Panera y continúan en la dirección aproximadamente que nos lleva al
frente de la callejuela de Boca la Ribera. Vemos que lindaba con otro terreno
común, hasta hace no muchos años, llamado Traviella que incluía el molino y
demás solares que hay de la citada callejuela para abajo. Con esto el ayuntamiento a veces hacía permutas, como consta al
desaparecer la casa que se encontraba en medio de la calle del Cristo, a la altura
de la casa de José Taboada, la cual era propiedad de Blas Diego, año aproximado
de su nacimiento 1875.
Antes de pasar
a otro tema diré que entre muy a finales de 1800 o más bien a primeros del 1900, desde la plaza el Cristo, en dirección Traviella; también en esos años
ese espacio era comunal y lleno de peñas. Solamente
se encontraba en este sitio la ermita del Cristo. Ésta tuvo una ampliación por
los años veinte del siglo pasado, después ha tenido varias reformas hasta la
última en que desapareció la sencilla torre de espadaña, siendo sustituida la
misma por otra de corte cuadrada muy
sólida. Dado
que carecían de solares, tuvieron la feliz idea de habilitar este terreno
peñascoso para edificar y así no ocupar
en aquel momento para ello, tierras productivas. A primeros del siglo XX,
Ferreras había casi cuadruplicado el número de habitantes, que según la guía de Olmedo eran cercanos a los 900, sin
incluir a Litos, con respecto a
la cifra de 50 ó 60 años antes, que nos
da Pascual Madoz. No es de extrañar que hubiera que facilitar espacio para construir, sin menoscabo de tener que ocupar
otro muy necesario, para así seguir sustentando a las muy crecidas bocas. Hay que tener en cuenta
que por aquellos años se trabajaba poca más superficie de la que nos dicen en este catastro. Como otras veces,
hijos del pueblo emigraron a Cuba y
Brasil, muchos no volvieron. Raro es que
alguien no tenga algún hermano de los abuelos en este caso. El hecho debió de
aliviar un poco a los que volvieron, que
con algún año en aquellas naciones, traían unas perras y compraban tierras o casas a los que ya no tenían intención de
regresar.
TERRENO
QUE NO FIGURA. Una vez comentadas las distintas clases de tierras, que nos
informan en la pregunta 10ª; que como
ya expusimos, todas se encuentran
dentro de la zona delimitada, pasamos pues a
referirnos al resto del terreno que falta y que forma parte del término
municipal actual, y que entonces no lo
dan como tal y ni siquiera lo mencionan.
Monte del Estado. El propietario de este espacio es el mismo Estado. Como sabemos la mayor parte
de este terreno, que es sierra, fue repoblado de pinos a finales de los años
cincuenta. Comprendía todo lo que se encontraba al otro lado de la cuesta del río y además incluía la Ribera. Con el paso del tiempo, tenemos Rebojo ,el Arcial, Valdesolores, Praoyinos, el Chano la Mata,y la Carviza a nuestro lado, pero no así Pizacueva, los Barros y Val de
Fernando, que la concentración
parcelaria no incluyó, habiendo estado
cultivado de centeno, que era lo propio. Parece ser que no se pudo
demostrar la propiedad y pasó a su anterior propietario que es el Estado.
Barmalo y alrededores. Este bosque de encinas tan singular, fue comprado
hacia 1880, siendo alcalde el Sr Miguel Villalón, a un personaje de Benavente, heredero de aquél a quien dicen pagar diezmos los lugareños, a la pregunta
pertinente y de no saber porqué derecho
ni en virtud de qué privilegio;
pagaban y que los dejaran tranquilos. Según consta en pliegos manuscritos se observa quienes eran en aquella
época vecinos, porque los quiñones se
repartían en orden de vecindad. Por
ejemplo Venancio Diego y Ezequiel
Rodríguez, que son las actuales casas de Rosalía Santamaría y Javier Rivas. Citaremos algunos más pero no creamos que los hemos conocido;
los nombres que nos suenan, son sus
nietos o hijos, dado las fechas de que se trata: Lorenzo Diego López, Gabriel Romero, Miguel Villalón, Lucas del Río, P. Diego Lera, Pedro
Gullón, Marcos Vara etc.
El Zufridal, Que fue refugio de los vecinos, que huyeron a cobijarse en él,
cuando la invasión francesa. Este bosque
tan raro por estos lares, de
alcornoques, llamados zofredos, de ahí
su nombre; tuvo que ser adquirido anteriormente al de Barmalo, pero desde luego después del año del catastro de 1752, porque, por las
dimensiones que nos daban no podía entrar
a formar parte del monte comunal. Debía de ser también de descendientes del Conde como casi
todo que data de la época feudal.
Este monte del
Zufridal, no era un monte cualquiera. Por las aplicaciones que
tenía el corcho, a la hora de hacer el
reparto, los padres lo hacían muy concienzudamente con los zofredos. Citaremos
algunos empleos que al corcho se le daba, por ejemplo, se fabricaban colmenas, tapones varios,
esponjas especiales para lavar a cerdos en la matanza etc. Al Zufridal habría que añadir
todo lo demás que no se ha dicho y que
la mayor parte está por esa zona.
Dígase, Valmedio, Regato Zofredos, La Carba, El Dornajo, La Matona, Val del Oso,
Masueiras, Prao Gallego y no olvidemos al
Real. En medio de todo ello; una fuente hoy en día muy popular, la
llamada “Fuente tres ventos.” ¿Qué nos querían decir los que así la
bautizaron? Tres ventos, masculino de
ventas, tres vientos, tres olores. Vaya
usted a saber “Quisio “
LOS MOLINOS.-De los dos que existen en la actualidad, o sea, el de Boca de la Ribera y el de los Diegos,
ninguno es de aquellas fechas. Con eso no quiero decir que en ese mismo lugar
existiera alguno de los ocho. Con ocho que dicen disponer, el pueblo estaba
bien servido. Tampoco el río Castrón
asustaba en primavera, ya que únicamente tenían que moler en invierno, sólo era
su nombre el que imponía, para el que no lo conociera. Recuerdo ver en pie el
molino los Taboadas, e incluso tengo
memoria de que por el Retorno había unas ruinas llamadas, molino de los
Garcías, los mayores que yo podrán aclararlo mejor.
LA
HACIENDA.- Se aprecia que el pueblo
de Ferreras, siempre supo sabiamente conjugar la ganadería con la agricultura,
sacándole así el mayor rendimiento, todavía pudimos ver algunos detalles. La
explotación sobre todo del ganado lanar,
con aquellos corrales situados
estratégicamente para recoger las ovejas
cada día por la noche; que era como tener una mina de nitrato de Chile. Su forma redonda en pared de piedra de una altura
de alrededor de dos metros, era coronada
por urces con cierta pendiente partiendo del centro, no sin antes dejar un espacio en éste. Ello iba a disuadir a cualquier lobo
de entrar por muy feroz que se tuviera, porque la salida le iba resultar más
que imposible. Algún caso se dio que al ir a abrir el pastor al día siguiente
el corral, a quien ve salir primero es al lobo que en su afán de
querer oler a sangre cayó para dentro, apareciendo un cuadro dantesco ante sus
ojos. Al
suelo lo dotaban de “extrumo”, compuesto
principalmente de quiruelas, urcedilla, chaguazo, codeso y carqueisa, que hacía
que la cama resultara bastante muelle, para más tarde, habiéndose podrido “arramar”
como abono en las tierras. Por aquel entonces de 1752, dado lo pequeño que era el terreno en
el que se desenvolvían y los vecinos que eran; corrales, no habría muchos. No
así los que existieron posteriormente
hasta la década de los sesenta del siglo pasado. Su número estaría alrededor de 70.Ya puestos en el
asunto, diré su situación: El Carrizal. Pizacueva, Prauyinos, Camino Mateo, Boca
el Real, Valmedio, Tras la viña, Buyín Larapionas,
Montancinas y Barmalo.
El número de animales domésticos que el pueblo podía
tener, nos podemos aventurar a fijar la cantidad en algunas especies, fundamentándonos en lo que contribuían con
los diezmos y primicias al Curato del lugar y a D. Luís de Losada, que figuran
en el apartado de impuestos.
Ovejas, unas 400. No todas iban a parir y a
otras se le malograba la cría por el
camino.
Cabras, cercanas a las 200, por la misma razón anterior.
Vacas, aproximadamente 140, incluidos los
bueyes que serían pocos, no daban el rendimiento de las vacas.
Para llegar a fijar aproximadamente el
número de vacas, he partido de los 78 vecinos con que cuenta el pueblo,
descontando al Sr cura, a los dos pobres y a los tres jornaleros, quedándonos
72. Los 72 vecinos labran unas 450 fanegas. Más o menos 6.5 fanegas ó 23.000m²
cada uno. Una media de dos vacas para trabajar esto, no debía requerir
mucho esfuerzo, pero por otra parte a Domingo Romero habría que echarle
una mano como subarriendo aunque fuera; podemos inclinarnos por esto del apaño
y el ternerico, a que éstos completaran la pareja, redondeando las 140.Esto
basándose en que las vacas fueran de trabajo principalmente.
Las dos clases de ganado que se citan en
primer lugar, no tuvieron hasta la década de los 50 del siglo pasado; su
momento álgido, la misma
progresión. Se acentúa el mayor aumento
en el ganado lanar, con unas 7.000 cabezas, mientras el caprino con unas 600, este sólo se triplica. Se me
ocurren los motivos siguientes que pudieran estar detrás de esta tendencia:
Uno, la roturación disminuía el espacio propio para la cabra, como son los
matorrales, sobre todo de encina. Otro, las ovejas que aparte de dar cría,
también les daba lana. Paralelamente a todo esto el sistema de corrales,
fábrica de abono, venía muy bien para abonar
a las nuevas tierras, que el pueblo iba adquiriendo y repartía entre los
vecinos, que residieran en ese momento ya fuera cura, maestro etc. En esto no
se tenía en cuenta el lugar de nacimiento. A cada parte de este reparto le
llaman quiñón. Se puede decir que casi todo lo que se repartió después de este
catastro, a las fincas o tierras se les
llamaba así, perdiendo esta
denominación a partir de la concentración parcelaria de 1970, conservando
la misma, los lugares en que no se hizo.
Ejemplo, Barmalo, Zufridal, La Carba. El terreno al que se refieren los
catastreros de 1752, es lo que estaba
más cerca del pueblo, que más o menos viene a coincidir con lo que se
llama facera.”Las tierras de la facera.”Lo
más cercano, lo que se podía ver desde casa.
LA INDUSTRIA Intuyo que
ya aquellos antepasados nuestros
se dedicaban a la exportación, porque veamos: Las más de mil colmenas que había, era una cantidad más que
suficiente para satisfacer las propias
necesidades. El carbón que se fabrica para el arreglo propio y el resto a
negociar según ellos nos indican. Por otro lado llama la atención en principio, que en un pueblo de 78 vecinos,
tengamos una industria textil de primera
magnitud. ¡Pero, si es normal! ¿A quién
se le ocurre sembrar tanto lino para que
confeccione otro? A los nuestros no. Así que para hacer alforjas,
fardelas, reposteros, rodaos, capas de
aquellas que entre otras cualidades, tenían las de pesar mucho etc. Teníamos a
tres tejedores y a cinco sastres, que no
es broma .Con este potencial no cabe la
menor duda, que existía la “exportación”.
Hay apellidos que aunque abundaban, no tenían
ningún miembro en estos gremios.
Paso ahora a
intentar explicar a dónde se
llevarían los excedentes de los
productos de Ferreras y cuales podrían, prestarse al trueque, que era lo que
debía de imperar en aquella época.
La zona que se
trataba y todavía nosotros oímos
comentar, era la Tierra de Campos. Teniendo que pasar el Esla por el puente
Quintos, pero por aquel tiempo dudo que
el citado puente existiera, siendo acaso
más aguas abajo en que la orografía del terreno permitiera vadearlo.
A esa comarca,
porteaban con sus carros: Miel, carbón, lienzos y algún encargo ya confeccionado,
teniendo al lino como materia prima. De
lana quizá no tanto porque por esas tierras también había ovejas, pero al tener
nosotros tejedores, algo hecho de lana
llevarían, como pudo ser, refajos, manteos y bragas para hombres.
Pensamos que entonces no tenían
necesidad de encargar los cobertores ni las mantas a Santibáñez. Años más tarde se incluyó la patata, ya
dijimos los motivos por lo cual la ignoraban y
sabemos que con la castaña pasaría
lo mismo, ya que de ella, tampoco hacen ninguna referencia. A cambio de allí, entre otras cosas se supone
que traerían trigo principalmente. Esta puede ser una explicación por lo que no
lo sembrasen, porque con el excedente de
otras cosas, lo podían adquirir. No quiero dar por zanjado este tema sin
nombrar al último tejedor, que vino de fuera: El Sr Vicente el tejedor, que
tuvo el telar en la última casa a la derecha, dirección Ferreras de Arriba.
El Sr Domingo
Vega, el herrero, no tenía que temer a la competencia. Por lo que se ve no
había otro. Este buen hombre siendo él
solo, tampoco abusaba con los precios. Cobraba un real de vellón por término medio al día, era
el que más barato lo hacía, siendo él un
especialista. Pues los jornaleros, cobraban un real y medio.
Extraña que no se diga nada de profesiones tan
comunes como son: Carpintero, barbero, zapatero etc. Serían polifacéticos en estos menesteres, que lo mismo ponían unos
orejones, hacían una mesa con cajón, para en cualquier momento, sacar de él, si
antes se ha metido, un trozo tocino o chorizo, que acompañado de un rebojo se
podía aplacar puntualmente el rugido de las tripas. El sobeo, la cornal, la
cincha y la trasga para su confección no precisaba zapatero. El empleo de
barbero no encuentro explicación a su
ausencia, en un pueblo con esos habitantes, porque además por ese tiempo ejercía
de sacamuelas y practicante. Vamos que no dejaba de ser un chollo.
EL PUEBLO. Dicen que el pueblo tiene 81
casas. Ya era un pueblo majo. De
ellas cuatro en la ruina. Que no pagan
I.B.I, menos mal. Que son 78 vecinos, incluyendo al párroco Don Santiago. Uno de los dos pobres
de solemnidad tiene que vivir en una casa inhabitable, el otro parece ser, vivía en una decente. Bien pudiera
rondar las 300 almas, al tener esos 78
vecinos.
Hacia 1850, unos cien años después de este
catastro, nos dice Pascual Madoz, que el pueblo cuenta con 90 casas, hasta
ahí pudiera pasar, respecto a las del catastro que son 81, hemos
ganado algo, pero cuando Pascual nos da
59 vecinos, es mucha la pérdida y que un tercio de casas están vacías y las
almas del lugar son 232, unas 100 menos que cien años antes, hace pensar que
esa centuria fue muy mala, de muchas penas para nuestros antepasados. Los factores
pudieron ser, aparte de que las
epidemias y gripes arreciaran con mayor intensidad, a ellas se le sumara otra
especie de “epidemia”, llamada
emigración y con ello se llegara a ese punto tan deprimente y cercano a la
desaparición. Ya a partir
de mediados del siglo diecinueve, el
pueblo cogió velocidad de crucero hasta la década de los cincuenta del siglo pasado, que es cuando alcanzó el techo demográfico. Contaba
con tres aulas de niñas, tres de
niños y una de párvulos mixta, entre 4 y
6 años, con una media de alrededor de 35 alumnos.
Llegaron
los sesenta y otra vez se ha entrado en
una constante pérdida de habitantes, que en cincuenta años ha supuesto los dos
tercios. La causa principal de esta diáspora ha sido la emigración en la que se
buscaba un mejor futuro. La inmensa
mayoría fueron regresando a la tierra que les vio nacer, cuando cesaban en su
vida laboral; pero son muchos los años en que los hijos y nietos de éstos ya no procrearon en el lugar donde
habían nacido y por tanto en el pueblo dejó de haber paulatinamente aquel
bullicio, en el que no hacía falta reloj para saber la hora; cual era, la salida de la escuela. Si no hay
niños, no hay presente y menos futuro. Pero Ferreras saldrá airoso de ésta como
ha salido de otras importantes empresas que se
ha fijado a lo largo de su historia.
Retomando el asunto, en sus respuestas afirman
que aislada del pueblo, no hay ninguna casa, se desprende que las ventas en
aquel entonces, no existían. La Casa Gómez por lo tanto tampoco. La venta del
ti Andrés la debió de construir él hacia los años de 1880, la que fue el
alambique algunos años antes, como la llamada venta de las josefinas o josepinas y acaso algún otro nombre también
le daban, ésta se situaba en dirección Zamora poco antes de iniciarse la curva
de la casilla, que como su nombre indica
ella se encontraba al otro lado de la misma. La del ti Andrés, junto a
la carretera, pero cerquita de su ermita. Años después se hicieron las otras
ventas o casas que algunas ya han desaparecido.
Tanta matización es para los que no conocieron lo referido o los
que tenían vago recuerdo de ello,
que con los años que han pasado éstos
son ya mayoría, aunque uno tampoco se considera muy mayor. Los
impuestos, los debían traer fritos y encima no redundaban en nada. Eran aquellos
tiempos. Lo que invertían en procesiones
y novenas eso sí quedaba en el pueblo. El
Canto de Astorga, que si es tal canto; pues no tenemos de qué quejarnos en la
actualidad, por eso de los derechos de autor. El Fiel de Fechos, podía ser lo
que hoy entendemos por el Juez de Paz.
Los apellidos, es curioso que la mayor parte
se conservan hoy en día, excepto, Palacios, Pino, Vega, Cabero, Blanco y
Matillán. Estas ausencias se han suplido
con la aparición de otros, como Carro, García, De la Fuente, Rodríguez,
Santamaría, Canas, Taboada, Del Río, González, Pazos, Lorenzo, Rivas etc.
Por un motivo u otro se mencionan a 37
vecinos de los 78 con que cuenta el pueblo. Se puede decir que a la mitad.
Estos que faltan es por no tener molino,
colmenas; ni ser sastres, tabernero, Fiel de Fechos, cura y alcalde.
Para ubicar las
81 casas, con su corralito y otras dependencias, se tendrá en cuenta algunos
detalles. Las construcciones por lo general
debían de ser de una planta. Así por la ladera hacia medio día quedaban más al resguardo de
los vientos del norte y hechas de
piedra, dejando los adobes para las divisiones interiores. Ventanas las menos y pequeñas. Los cristales me da que no
abundaban. Creo que no se cuidaban mucho, para que las esquinas formaran ángulo
recto. Dado la abundancia de peñas en el lugar, se puede decir que la configuración de las viviendas venía dictada por ellas. También a tener en cuenta son: Puntos de agua
cercanos, para ello tenían los manantiales inagotables de la fuente la Fragua y la Honda. Fueron
inagotables, sobre todo ésta; la pobre está pasando por una agonía. Que no se
nos muera, la otra ya se fue.
El otro detalle para seguir situando el pueblo,
es la ermita de la Magdalena. De esta ermita Madoz dice lo siguiente: “Está
dedicada a los santos mártires en que sirve de parroquia los días no festivos,
por estar aquella apartada del pueblo.” Generalmente las ermitas se localizaban
fuera del núcleo urbano. Es donde estaría en aquel entonces esta ermita. En aquella
fecha la iglesia parroquial era la de S. Juan Bautista, situada en el lugar que
actualmente se encuentra el cementerio. Personas de cierta edad darían fe de
algunos vestigios que de la misma conocieron. Al estar la tal iglesia un tanto
alejada de la población y sobre todo al soplar el viento del oeste, que es el
predominante, pues no se enteraban del toque de campanas que estaban en
dirección opuesta; tuvieron que hacer una torre sin iglesia en el pueblo porque
ésta ya la tenían, aunque fuera ermita.
Según dicen, con la invasión napoleónica, llegaron soldados franceses
una tarde noche a esta iglesia de S. Juan, llevando prendido al cura hasta su
casa, para que contribuyera al sustento de las tropas, habiendo dejado antes al
pueblo encerrado y es de suponer que aterrorizado. También hicieron requisas entre los vecinos más
pudientes. Es cuando se dice que se fueron a refugiar durante un tiempo al
Zufridal. Los pobres eligieron el lugar
más caliente, quedando totalmente desamparados, pero como ellos muchos en España.
A
raíz de este hecho decidieron tomar la ermita de la Magdalena como lugar de
culto ordinario relegando la presencia en la de S. Juan, hasta que cayó
en la ruina, no sin antes llevar altares y santos para la ermita, entre ellos
al propio S. Juan, el del dedo. El que estaba arriba del todo, con cara
afilada, ojos penetrantes y en medio de una penumbra. Esta ermita fue quedando pequeña y para dar
cabida a la creciente feligresía, tuvo al menos dos ampliaciones, la última que
recordarán algunos, comprendía la parte de atrás. El suelo era de tabla, en distintos
niveles, siendo el más alto el del fondo. Tenía de madera asientos
empotrados a lo largo de las paredes. Esta parte era el lugar para los
hombres, también para los niños y niñas en la “doctrina” del mes de mayo,
después de la escuela por la tarde. La parte de adelante, o sea el altar mayor,
también tenía tres niveles. En la primera
escalinata se situaban las niñas. Ya en el primer nivel era lugar
reservado para los niños, maestros que no maestras y autoridades, también se
solía poner alguna imagen que se metía en novena. Este espacio se separaba con una barandilla de madera,
interrumpida en el centro, para dejar paso a los otros dos niveles, que era el
lugar donde se celebraban las distintas liturgias. El espacio
entre barandillas, que era reducido; por el mes de noviembre, se
colocaba un túmulo recubierto de un crespón negro, en el que se depositaba
realmente lo que veíamos pintado en la puerta de un transformador de luz, o
cualquier otro lugar de inminente
“peligro de muerte”
El lugar de las mujeres era el mayor, se encuentra entre los dos
mencionados, el suelo era de losas. No
había bancos, en cambio sí había reclinatorios y hacheros. El de los hombres aparte de los
asientos a lo largo de las paredes, tenía unas banquillas que yo creía muy
grandes y viejas.
Pues bien esto que se acaba de describir no queda ni rastro. Eran los primero años de
los setenta, el pueblo acudió a la
llamada como en tantas ocasiones y sin medios; contribuyó a base de tesón y
creer en ellos mimos, a erguir en el
mismo lugar otra iglesia de dimensiones bastante mayores. Es toda ella de una
pieza, sin columnas. De atrás hacia adelante no mide más que de lado a lado.
Tiene una capacidad que supera las 500 personas, cómodamente sentadas. La parte
más alta del presbiterio se encuentra
unos 80 centímetros por arriba
del nivel de los fieles. El frontal en parte está cubierto por un
determinado número de cuadros en el que se representan a personajes del Nuevo y
Antiguo Testamento, teniendo como fondo parajes del pueblo. Estos fueron
realizados y donados por un hijo del pueblo. Otros dejaron su impronta en la
pintura interior, o en la construcción de los bancos. Cada uno
colaboró con lo que pudo, incluso
a riesgo de su integridad física, como sucedió al desprenderse un elemento al
vacío e ir a parar sobre la bóveda craneal de un sujeto calvo, rebotando en la
misma, quedando éste impertérrito únicamente y los que lo presenciaron muy asombrados.
Alguien en medio estaba echando un
cable.
Volviendo al tema de la situación del
pueblo, que ha quedado un poco lejos; el
límite por el sureste sería la ermita, por el norte la Torre, por el sur la
llamada calle de Abajo, por el oeste la calle la Lana y por el este calle S.
Juan hasta la entonces ermita mencionada. Fuera de estos límites, tenemos indicios para situar unas 6 ó 7 casas en torno a la casa de herederos de Mariano
Canas y de la misma ermita.
El lugar primigenio del pueblo me hace
suponer que no estaba lejos de la
parroquia de S. Juan. Pasados los años se fueron situando en el lugar actual,
más al resguardo de los rigores del clima y con el agua potable cerca y en
abundancia. Paralelamente que un asentamiento iba creciendo el otro inexorablemente
firmaba su desaparición, siendo la iglesia la última en hacerlo y sumando su
espacio a lo que ya existía como cementerio en su parte norte. En la primera
ampliación del cementerio realizada en el año de 1986, que me desdiga Eusebio Pazos, que formaba parte de la
Comisión para la ampliación, si no fue esa fecha; fuera, en el lado norte, en
donde se ha ampliado, aparecieron indicios de enterramientos, con alguna piedra
lastra, ”lonja”. Referente
a la hipótesis del primer emplazamiento del pueblo, es una reflexión que me
permito hacer y que creo pueda tener su lógica.
A continuación
añado unas personas con nombre y apellidos, extraídos del libro de
María E. Alonso, sobre pleitos nobiliarios, depositados en la Real
Chancillería de Valladolid.
Martín Vara
nacido en Ferreras de Abajo el 11-III-1590.
Hijo: Gaspar Vara, casado con
Luisa Mayoral.
Nieto: Gaspar Vara, casado el 22-VI-1659 en Calzadilla, con María
Danes.
Otros:
Francisco Vara y María Nieto, no
se dice cuando nacieron, pero tuvieron unos hijos que por las fechas que
nacieron, aquellos tendrían la edad de Martín Vara más o menos. Sus hijos son:
Gaspar Vara, nacido en Ferreras
de Abajo el 5-XI-1619.
Baltasar Vara, “
“ “ “ “
el18-III-1631
Casados con Catalina e Isabel Canas respectivamente
Hijo del anterior Gaspar Vara, es
Francisco Vara nacido en Ferreras de Abajo el 21-III-1666
Casado con Isabel Bezoya.
Figuran dos hijos de Baltasar
Vara: Domingo Vara nacido en Ferreras de
Abajo el 3-X- 1663 y
Martín Vara nacido en Ferreras de
Abajo el año de 1661.
Más Varas.
Domingo Vara y Catalina Arias,
tuvieron a Domingo Vara nacido en Ferreras de Abajo el I-X.1650, casó con María de Diego.
El otro hermano Gaspar Vara nacido en Ferreras de Abajo el 9-II-1661.
Se observa en esta obra, que muchos de sus
descendientes, por casorio se hicieron vecinos en pueblos del valle del Tera,
así como del Valverde.
Pues bien, todos estos coetáneos entre otros
de Cervantes, debieron de ir tanto en
festivos como en ordinarios al culto en
la iglesia parroquial de San Juan Bautista, en los extrarradios. La ermita de la Magdalena, dedicada entonces a los santos mártires,
quedaba para el culto propio de su efemérides principalmente.
Acompaño un croquis de ese pueblecito de
1752, con los detalles que he creído más significativos. Lo referente a la
acequia o aguadera, en su cabecera había un grupo de álamos de hoja blanca
propios del lugar, como los podemos
encontrar en los prados de la Puente Chiquita. A continuación hacían su
presencia los negrillos y alguna que otra salguera, hasta escurrir por los pozos de las eras de abajo.
Desapareciendo por los años de 1920. Los álamos
nos han acompañado algunos hasta no ha mucho, siendo las negrillos los
que se fueron antes debido a la enfermedad, no así como digo los majestuosos álamos, que los
estoy oyendo azotados por el viento,
como protestando por intuir su desaparición. El terreno comunal de pradera y
bodones que figura en este croquis, es
el adquirido por Manuel Carro, tratado en el apartado el Común.
Como me he
animado, he hecho otra recreación del
pueblo hacia el año de 1900.
También, ya de
puesto incluiré las casas que más o menos podía haber en los años que a
continuación expreso: Año de 1752- 81 casas. Año de 1840-90 casas. Año
de1900-160 casas. Año de1970-340.Actualmente son unas 420 las habitables. Siendo
para la inmensa mayoría su vivienda alternativa. Lo que demuestra que el
personal no se olvida de su pueblo.
Con esta más que parrafada no ha habido otra intención
que no sea la de tener un recuerdo a todos
los que vivían en aquellos días del
catastro, que eran nuestros padres. Por tanto culpables de que estemos nosotros
aquí. Especialmente a los que sufrieron el
terrible interrogatorio, porque las respuestas las daban muy elaboradas y las que no tenían, o no querían
contestar, respondían con un breve: No comprende.
Por último agradecer a Juanita, el que nos
haya facilitado este documento, que ha debido de entrañar una gran dificultad,
ya no sólo por la traducción del castellano antiguo, si no por el estado mismo
del documento. Para ello habrá tenido que armarse de una paciencia infinita y
de un gran cariño para sacarlo adelante. No ha podido ser menos. Gracias.
Me asenté en
Valladolid, pero vivo con el pueblo, que es donde guardo las cosas
inolvidables.
Valladolid, Mayo
de 2014